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Los sueños

34 1-2 Confiar en los sueños
es como querer atrapar el viento.
Hay que ser tonto y necio
para poner su confianza en ellos.
Los sueños no son reales;
son como la imagen de un espejo.
No hay pureza en la impureza,
ni hay verdad en la mentira.

Los sueños son tan fantásticos
como la magia y la adivinación;
son como las ilusiones que se hace
la que va a tener un hijo.
Pero no creas en los sueños
si no es Dios quien te los envía,
pues muchos se han perdido
por haber creído en ellos.
Lo mejor es hablar con sabiduría
y cumplir con la ley de Dios.

Los viajes

9-10 El que ha viajado mucho
adquiere habilidad y experiencia.
Es muy poco lo que sabe
quien no ha tenido esa experiencia.
11 En mis viajes he visto de todo,
y me faltan palabras para contar
lo mucho que he aprendido.
12 En muchas ocasiones mi experiencia
me ha librado de la muerte.

La obediencia a Dios

13-14 Los que obedecen a Dios
vivirán sin miedo de nada
porque han puesto su confianza
en el Dios que puede salvarlos.
15 Grande es la felicidad
de los que obedecen a Dios,
porque tienen quien los apoye.
16 Dios cuida de los que lo aman;
él es su poderoso protector;
los protege del viento del desierto,
les da sombra al mediodía,
los levanta cuando tropiezan,
17 les renueva las fuerzas,
les da salud y nueva vida,
y les muestra su gran amor.

Las ofrendas a Dios

18-19 Los malvados le llevan a Dios
muchas ofrendas y animales
comprados con dinero mal habido,
pero a Dios no le agrada
esa clase de ofrendas.
20 Robar a los pobres
para llevarle ofrendas a Dios
es como dejar a un padre
sin el único hijo que tenía.
21-22 Los pobres viven de las limosnas,
y negarles la ayuda que piden
es quitarles el pan de la boca;
¡es lo mismo que matarlos!
De igual manera actúa el patrón
que no paga un salario justo.
23 De nada te sirve trabajar
si tú construyes y otro destruye;
24 de nada te sirve orar a Dios
si tú bendices y otro maldice;
25 de nada te sirve bañarte
por haber tocado un cadáver
si luego vuelves a tocarlo,
26 y de nada te sirve ayunar
y pedir perdón por tus pecados
si más tarde vuelves a pecar.
Dios no atenderá tus oraciones.