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Compañías peligrosas

13 Al que toca la brea, se le pega en la mano;
y el que se junta con burlones llega a ser como ellos.
No levantes un peso superior a tus fuerzas,
ni te juntes con personas más ricas que tú.
La olla de barro no se pone junto a la de metal;
si chocan, la olla de barro se rompe.
El rico comete una injusticia y se siente orgulloso;
el pobre la sufre y tiene que pedir perdón.
Si eres útil al rico, hará que le sirvas;
si le resultas inútil, te abandonará.
Si tienes algo, ¡cómo te halagará!
Pero no tendrá ningún reparo en explotarte.
Si le haces falta, te tratará muy bien,
te sonreirá y te inspirará confianza.
Te hablará amablemente
y te preguntará qué necesitas.
Te avergonzará con sus invitaciones a comer.
Mientras pueda aprovecharse de ti, te engañará;
te alabará unas cuantas veces,
pero después, al verte, se enojará contigo
y te hará gestos de desprecio.

¡Cuidado! ¡No seas demasiado confiado!
¡No seas como los tontos!
Si un poderoso se te acerca, conserva tu distancia;
entonces él insistirá para que vayas a él.
10 No te acerques demasiado, si no quieres quedar lejos,
ni tampoco te alejes mucho, si no quieres ser olvidado.
11 No le hables con demasiada libertad
ni creas todo lo que dice,
pues él habla mucho para ponerte a prueba,
y con sus bromas te está examinando.
12 Si a un hombre cruel lo hacen gobernante,
no tendrá compasión de nadie
y atentará contra la vida de muchos.
13 ¡Ten mucho cuidado,
no te juntes con gente violenta!

15 Todo ser viviente ama a los de su especie;
y así también, todo hombre a sus semejantes.
16 Todo ser viviente se junta con los de su especie,
y así también el hombre con quienes son como él.
17 ¿Cómo van a juntarse el lobo y el cordero?
Así tampoco, el malo con el bueno.
18 ¿Qué paz puede haber entre la hiena y el perro?
Así tampoco, entre el rico y el pobre.
19 Los asnos salvajes son presa para el león;
lo mismo son los pobres para el rico.

Ricos y pobres

20 El orgulloso detesta al humilde,
y el rico detesta al pobre.
21 Si el rico tropieza, sus amigos lo sostienen,
pero si tropieza el pobre, sus amigos lo empujan.
22 Habla el rico, y muchos lo apoyan,
y aunque hable mal, les parece muy bien.
Se equivoca el pobre, y se burlan de él,
y aunque hable con sensatez, nadie le hace caso.
23 Habla el rico, y todos se callan
y ponen por las nubes su talento.
Habla el pobre, y preguntan: «¿Quién es ése?»
Y si tropieza, todavía le dan un empujón.
24 Buena es la riqueza conseguida honradamente,
y mala es la pobreza fruto del orgullo.

25 Lo que el hombre tiene en su interior,
bueno o malo, en su cara se refleja.
26 Cara risueña es señal de corazón alegre;
actitud retraída refleja pensamientos tristes.