Add parallel Print Page Options

Pero no quiso Jehová, tu Dios, oír a Balaam; y Jehová, tu Dios, cambió la maldición en bendición, porque Jehová, tu Dios, te amaba. No procurarás su paz ni su bien mientras vivas, y esto para siempre.

»No aborrecerás al edomita, porque es tu hermano; no aborrecerás al egipcio, porque forastero fuiste en su tierra.

Read full chapter