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12 Cuando el cuarto ángel tocó su trompeta, fue tal el daño que sufrieron el sol, la luna y las estrellas, que perdieron una tercera parte de su brillo,(A) y también se oscureció una tercera parte del día, lo mismo que una tercera parte de la noche.

13 Miré entonces, y oí que un águila revoloteaba en medio del cielo y a grandes voces gritaba: «¡Ay, ay, ay! ¡Pobres de los habitantes de la tierra cuando suenen las trompetas que están a punto de tocar los otros tres ángeles!»

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