Add parallel Print Page Options

Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí al tercero de los seres vivientes, que gritaba: «¡Ven!» Miré, ¡y apareció un caballo negro! El jinete tenía una balanza en la mano. Y oí como una voz en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: «Un kilo de trigo, o tres kilos de cebada, por el salario de un día; pero no afectes al precio del aceite y del vino».[a]

Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que gritaba: «¡Ven!»

Read full chapter

Footnotes

  1. 6:6 por el salario … vino. Lit. por un denario, y no dañes el aceite ni el vino.