Add parallel Print Page Options

No nos anunciamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor. Nos presentamos como siervos de ustedes en nombre de Jesús. El mismo Dios que dijo: «La luz brillará en la oscuridad»,[a] iluminó nuestro corazón para que conociéramos su gloria que brilla en el rostro de Jesucristo.

Tenemos este tesoro en vasijas de barro para demostrar que este extraordinario poder que obra en nuestra vida no viene de nosotros, sino de Dios. Por eso aunque tengamos toda clase de problemas, no estamos derrotados. Aunque tengamos muchas preocupaciones, no nos damos por vencidos. Aunque nos persigan, Dios no nos abandona. Aunque nos derriben, no nos destruyen. 10 Dondequiera que vamos, nuestros sufrimientos reflejan la muerte de Jesús para que su vida también se vea en nuestro cuerpo.

Read full chapter

Footnotes

  1. 4:6 «La luz […] la oscuridad» Ver Gn 1:3.