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se la entregaron a David en Hebrón, y le dijeron:

—Aquí tiene la cabeza de su enemigo Isbaal. Era hijo de Saúl el que quería matarlo a usted, pero el SEÑOR ha castigado hoy a Saúl y a su familia por lo que le hicieron a usted.

Pero David les respondió a Recab y a su hermano Baná:

—Tan cierto como que vive el SEÑOR, quien me ha librado de todos mis problemas, que no seguirán con vida. 10 Ya una vez antes alguien pensó que me traía buenas noticias, y me dijo: “Saúl está muerto”, pero yo agarré a ese hombre y lo maté en Siclag, de esa forma le pagué la buena noticia.

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