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Abierta ya la ciudad, huyeron de noche todos los hombres de guerra por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto á los huertos del rey, estando los Caldeos alrededor de la ciudad; y el rey se fué camino de la campiña.

Y el ejército de los Caldeos siguió al rey, y tomólo en las llanuras de Jericó, habiéndose esparcido de él todo su ejército.

Tomado pues el rey, trajéronle al rey de Babilonia á Ribla, y profirieron contra él sentencia.

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