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39 escucha su oración desde el cielo, el lugar donde vives, defiende su causa y perdona a tu pueblo que pecó contra ti. 40 Ahora, Dios mío, que tus ojos estén abiertos y tus oídos atentos a la oración que se haga en este lugar.

41 »¡Ahora, levántate, SEÑOR Dios,
    ven al lugar de tu descanso,
    tú y el cofre de tu poder!
Que tus sacerdotes, SEÑOR Dios, se revistan de salvación
    y tus seguidores se alegren en el bien.

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