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Y la casa que voy a edificar será grande; porque nuestro Dios es grande, más que todos los dioses(A). Pero ¿quién será capaz de edificar una casa a Dios, cuando los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerlo(B)? ¿Quién soy yo para que le edifique una casa, aunque solo sea para quemar incienso delante de Él?

»Ahora pues, envíame un hombre diestro para trabajar en oro, en plata, en bronce, en hierro, y en material de púrpura, carmesí y violeta, y que sepa hacer grabados, para trabajar con los expertos que tengo(C) en Judá y en Jerusalén, los cuales mi padre David proveyó(D).

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