Add parallel Print Page Options

Isaías le profetiza a Ezequías

(2 Cr 32:20-23; Is 37:1-8)

19 Cuando el rey Ezequías escuchó esto, rasgó su vestido, y se vistió de luto y se fue al templo del SEÑOR. Envió a Eliaquín, el encargado de la administración del palacio; a Sebna, el escriba; a los ancianos y los sacerdotes, todos vestidos de luto, a ver al profeta Isaías hijo de Amoz. Ellos le dijeron al profeta:

—Esto es lo que ha dicho Ezequías: “Este es día de tristeza, castigo y desgracia, como cuando las mujeres están a punto de dar a luz, pero no tienen suficiente fuerza para hacerlo. Que el SEÑOR tu Dios haya oído las palabras del comandante en jefe que envió el rey de Asiria con que insultó al Dios vivo, y que lo castigue por haber dicho esas palabras que el SEÑOR tu Dios escuchó. Así que eleva una oración por el pueblo que ha sobrevivido”.

Cuando los funcionarios del rey Ezequías fueron a ver a Isaías, este les dijo:

—Esto es lo que van a decirle a su señor: “El SEÑOR dice: No tengas miedo de las palabras que has oído, los insultos que dijeron contra mí los siervos del rey de Asiria. Mira, yo mismo voy a colocar un espíritu en él. Oirá un informe y se volverá a su país. Allí mismo, en su propio país, haré que lo hieran a espada y muera”.

El comandante en jefe se retiró y supo que el rey de Asiria se había ido de Laquis y estaba luchando contra Libná. Entonces el rey de Asiria recibió la noticia de que el rey Tiracá, de Etiopía, había salido para luchar contra él. Una vez sabido esto, el rey de Asiria envió otra vez mensajeros a Ezequías con este mensaje:

10 «Esto es lo que le dirán al rey Ezequías de Judá: No dejes que el Dios en quien confías te engañe diciendo: “Jerusalén no caerá en manos del rey de Asiria”. 11 Mira, tú conoces lo que los reyes de Asiria les han hecho a otros países, destruyéndolos por completo. ¿Y tú crees que te vas a salvar? 12 ¿Pudieron salvarlas los dioses de las naciones a las que mis antepasados destruyeron? Naciones como Gozán, Jarán, Résef y el pueblo de Edén que vivía en Telasar. 13 ¿Dónde están los reyes de Jamat, Arfad, el de la ciudad de Sefarvayin, de Hená y de Ivá?»

Oración de Ezequías

14 Ezequías recibió las cartas de mano de los mensajeros y las leyó. Luego subió al templo del SEÑOR y extendió las cartas delante del SEÑOR. 15 Después Ezequías oró ante el SEÑOR y dijo: «SEÑOR, Dios de Israel el que está sentado en su trono entre los querubines, tú eres el único Dios de todas las naciones de la tierra. 16 SEÑOR, presta atención, escucha. SEÑOR, abre tus ojos y mira. Oye las palabras que Senaquerib envió para insultar al Dios vivo. 17 Es muy cierto, SEÑOR, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus territorios, 18 han tirado sus dioses al fuego, aunque en realidad no eran dioses, sino producto de los seres humanos; eran de madera y piedra, y por eso fueron destruidos. 19 Ahora te suplico Dios, SEÑOR Dios nuestro, sálvanos de caer en manos de ese rey, para que todos los reinos de la tierra sepan que tú, SEÑOR, eres el único Dios».

20 Entonces Isaías hijo de Amoz le envió este mensaje a Ezequías: «El SEÑOR, Dios de Israel, dice: “Te he escuchado acerca de lo que me pediste en cuanto a Senaquerib, rey de Asiria. 21 Este es el mensaje del SEÑOR en cuanto a Senaquerib:

»”La virgen hija de Sion
    te desprecia, se burla de ti.
A tus espaldas la hija virgen de Jerusalén
    mueve la cabeza burlándose de ti.
22 ¿A quién insultaste y de quién te reíste?
    ¿Contra quién hablaste?
¡Hablaste en contra del Santo de Israel!
    Actuaste como si fueras mejor que él.
23 Mandaste a tus mensajeros para insultar al Señor.
    Dijiste:
‘Vine con muchos carros de combate a los montes altos.
    Vine desde las profundidades del Líbano.
Corté los cedros más altos
    y los mejores cipreses del Líbano.
Subí contra la parte más alta del Líbano,
    hasta el bosque más frondoso.
24 Cavé pozos y bebí agua
    de territorios extranjeros.
Sequé los ríos de Egipto
    y caminé sobre tierra seca’.

25 »”Pero, ¿nunca te enteraste?
    Yo tengo planeado esto desde hace tiempo.
Lo que está pasando ahora
    yo lo preparé desde la antigüedad:
Que tú destruyeras ciudades fortificadas
    y las convirtieras en un montón de ruinas.
26 Sus habitantes, que ya están sin fuerza y sin esperanzas,
    están avergonzados.
Aunque hoy parecen estar vivos,
    el viento del oriente los secará[a] como plantas del campo
y como pasto verde,
    que crece en el tejado.
27 Sé cuando te levantas
    y cuando te sientas;
cuando sales y cuando entras.
    Sé cuánto te has enfurecido contra mí.
28 Debido a lo furioso que estás contra mí
    y a que he escuchado tus palabras arrogantes,
voy a ponerte una argolla en la nariz,
    un freno en la boca,
y haré que regreses
    por el mismo camino por donde viniste.

Mensaje del Señor a Ezequías

29 »”Esta será la señal que probará que este mensaje es verdadero:

»”Este año comerán lo que crece por sí solo en el campo,
    el segundo año lo que crezca de ahí,
y el tercer año sembrarán y cosecharán,
    plantarán viñedos y comerán de su fruto.
30 Los sobrevivientes de la tribu de Judá
    echarán raíces abajo y darán fruto arriba.
31 Porque un resto de mi gente quedará vivo y saldrá de Jerusalén;
    y los sobrevivientes saldrán del monte Sion.
El celo del SEÑOR Todopoderoso
    hará que así suceda.

32 »”Por eso así dice el SEÑOR en cuanto al rey de Asiria:

»”El no entrará a esta ciudad
    y no disparará aquí una sola flecha.
No usará un solo escudo,
    ni construirá rampas contra ella.
33 Volverá por el mismo camino por el que vino;
    no ocupará la ciudad.
    El SEÑOR lo ha decidido así.
34 Yo protegeré esta ciudad y la salvaré.
    Lo haré por mí mismo y por mi siervo David”».

Destrucción del ejército asirio

35 Esa misma noche el ángel del SEÑOR salió y mató a 185 000 soldados del campamento asirio. Cuando la gente se levantó al otro día, estaban allí todos los cuerpos de los muertos. 36 Así que Senaquerib, rey de Asiria, regresó a Nínive y permaneció allí. 37 Un día, mientras estaba adorando en el templo de su dios Nisroc, fue asesinado a espada por sus hijos Adramélec y Sarézer. Ellos escaparon al país de Ararat. Su hijo Esarjadón lo sucedió en el trono.

Footnotes

  1. 19:26 el viento del oriente los secará Según Qumrán. TM es oscuro.

Judá es librado de Senaquerib

(2 Cr. 32.20-23; Is. 37.1-38)

19 Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos y se cubrió de cilicio, y entró en la casa de Jehová. Y envió a Eliaquim mayordomo, a Sebna escriba y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías hijo de Amoz, para que le dijesen: Así ha dicho Ezequías: Este día es día de angustia, de reprensión y de blasfemia; porque los hijos están a punto de nacer, y la que da a luz no tiene fuerzas. Quizá oirá Jehová tu Dios todas las palabras del Rabsaces, a quien el rey de los asirios su señor ha enviado para blasfemar al Dios viviente, y para vituperar con palabras, las cuales Jehová tu Dios ha oído; por tanto, eleva oración por el remanente que aún queda. Vinieron, pues, los siervos del rey Ezequías a Isaías. E Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así ha dicho Jehová: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria. He aquí pondré yo en él un espíritu, y oirá rumor, y volverá a su tierra; y haré que en su tierra caiga a espada.

Y regresando el Rabsaces, halló al rey de Asiria combatiendo contra Libna; porque oyó que se había ido de Laquis. Y oyó decir que Tirhaca rey de Etiopía había salido para hacerle guerra. Entonces volvió él y envió embajadores a Ezequías, diciendo: 10 Así diréis a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú confías, para decir: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria. 11 He aquí tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, destruyéndolas; ¿y escaparás tú? 12 ¿Acaso libraron sus dioses a las naciones que mis padres destruyeron, esto es, Gozán, Harán, Resef, y los hijos de Edén que estaban en Telasar? 13 ¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?

14 Y tomó Ezequías las cartas de mano de los embajadores; y después que las hubo leído, subió a la casa de Jehová, y las extendió Ezequías delante de Jehová. 15 Y oró Ezequías delante de Jehová, diciendo: Jehová Dios de Israel, que moras entre los querubines,(A) solo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra. 16 Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. 17 Es verdad, oh Jehová, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus tierras; 18 y que echaron al fuego a sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obra de manos de hombres, madera o piedra, y por eso los destruyeron. 19 Ahora, pues, oh Jehová Dios nuestro, sálvanos, te ruego, de su mano, para que sepan todos los reinos de la tierra que solo tú, Jehová, eres Dios. 20 Entonces Isaías hijo de Amoz envió a decir a Ezequías: Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Lo que me pediste acerca de Senaquerib rey de Asiria, he oído. 21 Esta es la palabra que Jehová ha pronunciado acerca de él: La virgen hija de Sion te menosprecia, te escarnece; detrás de ti mueve su cabeza la hija de Jerusalén. 22 ¿A quién has vituperado y blasfemado? ¿y contra quién has alzado la voz, y levantado en alto tus ojos? Contra el Santo de Israel. 23 Por mano de tus mensajeros has vituperado a Jehová, y has dicho: Con la multitud de mis carros he subido a las alturas de los montes, a lo más inaccesible del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus cipreses más escogidos; me alojaré en sus más remotos lugares, en el bosque de sus feraces campos. 24 Yo he cavado y bebido las aguas extrañas, he secado con las plantas de mis pies todos los ríos de Egipto. 25 ¿Nunca has oído que desde tiempos antiguos yo lo hice, y que desde los días de la antigüedad lo tengo ideado? Y ahora lo he hecho venir, y tú serás para hacer desolaciones, para reducir las ciudades fortificadas a montones de escombros. 26 Sus moradores fueron de corto poder; fueron acobardados y confundidos; vinieron a ser como la hierba del campo, y como hortaliza verde, como heno de los terrados, marchitado antes de su madurez. 27 He conocido tu situación, tu salida y tu entrada, y tu furor contra mí. 28 Por cuanto te has airado contra mí, por cuanto tu arrogancia ha subido a mis oídos, yo pondré mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.

29 Y esto te daré por señal, oh Ezequías: Este año comeréis lo que nacerá de suyo, y el segundo año lo que nacerá de suyo; y el tercer año sembraréis, y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis el fruto de ellas. 30 Y lo que hubiere escapado, lo que hubiere quedado de la casa de Judá, volverá a echar raíces abajo, y llevará fruto arriba. 31 Porque saldrá de Jerusalén remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

32 Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte. 33 Por el mismo camino que vino, volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová. 34 Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo.

35 Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos. 36 Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, y volvió a Nínive, donde se quedó. 37 Y aconteció que mientras él adoraba en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer sus hijos lo hirieron a espada, y huyeron a tierra de Ararat. Y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo.