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II.— SAMUEL Y SAÚL (8—15)

Institución de la monarquía (8—12)

Israel pide un rey

Cuando Samuel se hizo viejo nombró a sus hijos jueces de Israel. El primogénito se llamaba Joel y el segundo Abías, y ambos ejercían en Berseba. Sin embargo sus hijos no siguieron sus pasos, pues buscaban su provecho, aceptaban sobornos y pervertían la justicia. Por ello, todos los ancianos de Israel se reunieron, fueron a Ramá a ver a Samuel y le dijeron:

— Mira, tú ya eres viejo y tus hijos no siguen tus pasos. Por tanto, nómbranos un rey que nos gobierne, como en todas las naciones.

Le disgustó a Samuel el hecho de que le pidieran un rey para que los gobernara y se puso a orar al Señor. Pero el Señor le dijo:

— Escucha la voz del pueblo en todo lo que te pidan, pues no te rechazan a ti, sino que es a mí a quien rechazan como rey suyo. Lo mismo que me han tratado a mí desde que los saqué de Egipto hasta hoy, abandonándome para dar culto a otros dioses, así te tratan también a ti. Ahora, pues, escúchalos; pero ponlos sobre aviso y dales a conocer los privilegios del rey que reinará sobre ellos.

10 Samuel transmitió las palabras del Señor a la gente que le pedía un rey 11 y les dijo:

— Estos serán los derechos del rey que os gobierne: alistará a vuestros hijos y a unos los destinará a sus carros y a sus caballos para que vayan delante de su carroza; 12 a otros los nombrará jefes y oficiales de su ejército; a otros los pondrá a trabajar sus campos y a cuidar sus cosechas, o a fabricar su armamento y los pertrechos de sus carros. 13 A vuestras hijas las pondrá a su servicio como perfumistas, cocineras o panaderas. 14 Requisará vuestros mejores campos, viñas y olivares para dárselos a sus funcionarios. 15 Os cobrará el diezmo de vuestros cereales y viñas y se lo dará a sus oficiales y funcionarios. 16 Os quitará vuestros siervos y siervas junto con vuestros mejores bueyes y asnos para emplearlos en sus trabajos. 17 Os exigirá impuestos por vuestros rebaños, y vosotros mismos os convertiréis en sus esclavos. 18 En ese momento os quejaréis del rey que habíais elegido, pero entonces el Señor no os responderá. 19 El pueblo no quiso escuchar a Samuel e insistió:

— ¡No importa! Queremos tener rey. 20 Así también nosotros seremos como todos los pueblos: nuestro rey nos gobernará y nos conducirá a luchar en las guerras.

21 Samuel escuchó lo que decía el pueblo y se lo comunicó al Señor. 22 El Señor le contestó:

— Atiende a su petición y nómbrales un rey.

Entonces Samuel ordenó a los israelitas:

— ¡Todo el mundo a sus pueblos!