Add parallel Print Page Options

Entonces el rey Acab convocó a sus cuatrocientos profetas paganos y les preguntó:

―¿Atacaremos a Ramot de Galaad?

Y ellos respondieron:

―Sí, vayan, porque el Señor les ayudará a conquistarla.

Pero Josafat preguntó:

―¿No hay por aquí un profeta del Señor? Me gustaría consultarlo.

Sí, aquí hay uno —dijo el rey Acab—, pero yo lo odio, porque jamás me profetiza algo bueno, sino todo lo malo. Su nombre es Micaías hijo de Imlá.

―¡Vamos! —respondió Josafat—. No digas tal cosa.

Read full chapter