Add parallel Print Page Options

Guerra contra Idumea y Amón

Los habitantes de los países vecinos que no creían en Dios se enojaron muchísimo, porque se enteraron de que los israelitas habían reconstruido el altar y el templo. Entonces comenzaron a perseguir a los israelitas que vivían entre ellos, a fin de matarlos a todos.

Judas Macabeo marchó a Acrabatene, en el país de Idumea, para pelear contra los descendientes de Esaú, pues ellos tenían rodeados a los israelitas. Judas los derrotó, se apoderó de sus riquezas y los tuvo bajo su dominio. También recordó que la gente de la ciudad de Beyán les hacía mucho daño a los israelitas, y que siempre les ponían trampas y los asaltaban en los caminos. Judas peleó contra ellos, los atacó y los obligó a encerrarse en sus fortalezas. Pero les prendió fuego a las fortalezas, y todos los que estaban encerrados allí murieron quemados.

Luego Judas fue al país de Amón, donde se encontró con un gran ejército bajo el mando del general Timoteo. Judas peleó contra ese ejército muchas veces, hasta que pudo derrotarlo. Se apoderó de una de sus ciudades, llamada Jazer, y de los pueblos vecinos. Después regresó a Judea.

Guerras contra Galaad y Galilea

Los que no creían en Dios y vivían en la región de Galaad se pusieron de acuerdo para matar a los israelitas que vivían allí. Los israelitas tuvieron que escapar, y se escondieron en la fortaleza de Datema. 10 Luego enviaron una carta a Judas y a sus hermanos, en la que decían:

«Esos que no obedecen a Dios están listos para matarnos. 11 Ahora, bajo las órdenes de su general Timoteo, se están preparando para atacar el lugar donde estamos escondidos. 12 Ya han muerto muchos de los nuestros. ¡Vengan pronto a ayudarnos! 13 Todos nuestros hermanos de la región de Tobías han sido asesinados. Se llevaron prisioneros a las mujeres y a los niños, y les robaron todo lo que tenían. En ese lugar, ya han muerto más de mil hombres».

14 No habían terminado de leer la carta cuando llegaron otros mensajeros de Galilea, con toda la ropa hecha pedazos. Al llegar, dijeron: 15 «Gente de las ciudades de Tolemaida, Tiro y Sidón, y hasta de Galilea, se ha unido para matarnos, pues no creen en Dios».

16 Al escuchar esta noticia, Judas y el pueblo se reunieron para ver cómo podían ayudar a sus compatriotas. La situación de ellos era muy grave, porque sus enemigos los atacaban duramente. 17 Entonces Judas le dijo a su hermano Simón: «Elige un grupo de hombres y ve a Galilea a ayudar a tus compatriotas. Mi hermano Jonatán y yo iremos a ayudar a los de Galaad».

18 Judas dejó el resto del ejército en Judea, bajo las órdenes de Azarías y de José hijo de Zacarías. Estos dos hombres eran muy respetados por todo el pueblo. 19 Antes de irse, Judas les dijo: «Cuiden al pueblo, pero no peleen con los enemigos de Dios hasta nuestro regreso».

20 A Simón le dieron tres mil hombres para que fuera a pelear a Galilea, y a Judas le dieron ocho mil para que peleara en Galaad.

21-22 Simón se fue a Galilea, y allí ganó muchas batallas contra sus enemigos. A los que huyeron los persiguió hasta la ciudad de Tolemaida. Mató a unos tres mil hombres y les quitó todo lo que tenían. 23 Feliz por su triunfo, Simón sacó a todos los judíos que vivían en la región de Galilea y Arbata. Se llevó al país de Judea a todos los hombres, mujeres y niños, junto con sus pertenencias.

24 Mientras tanto, Judas Macabeo y su hermano Jonatán cruzaron el río Jordán y caminaron por el desierto durante tres días. 25 Llegaron a un lugar en donde se encontraba un grupo de hombres de la región de Nabatea. Éstos trataron muy bien a Judas y a su ejército, y les contaron lo que les había pasado a los judíos que vivían en Galaad. 26 Además, les dijeron que muchos judíos se habían escondido en Bosrá, Bosor, Alema, Caspín, Maqued y Carnáin. Todas esas ciudades eran grandes y estaban protegidas por murallas. 27 También les contaron que en otras ciudades de Galaad había judíos escondidos, y que los enemigos se habían puesto de acuerdo para atacarlos al día siguiente. Su intención era matar, en un solo día, a todos los israelitas que estaban encerrados en esas ciudades.

28 Cuando Judas y su ejército oyeron esto, cambiaron de dirección y se dirigieron a Bosrá, a través del desierto. Al llegar a la ciudad, Judas y sus soldados mataron a todos los hombres de la ciudad, y se apoderaron de todo lo que allí había. Después quemaron la ciudad.

29 Por la noche, Judas y su ejército marcharon hacia la ciudad de Datema, la cual estaba protegida por murallas. 30 Cuando amaneció, vieron que los enemigos estaban preparados para atacar la ciudad con escaleras y máquinas de guerra.

31 Los gritos de guerra y las trompetas se oían desde muy lejos. Judas comprendió que la batalla había empezado, 32 y ordenó a sus soldados: «¡Peleen hoy por nuestros compatriotas!»

33 Judas formó tres grupos de soldados, para atacar al enemigo por la espalda. Luego tocaron las trompetas y oraron para pedir la ayuda de Dios.

34 Cuando el general Timoteo vio que su ejército era atacado por Judas Macabeo y sus soldados, ordenó a sus tropas que huyeran. Pero Judas y su ejército los derrotaron, y mataron a más de ocho mil soldados enemigos.

35 Después Judas y su ejército fueron a la ciudad de Alema y mataron a todos los hombres que vivían allí. Se apoderaron de todas las riquezas y quemaron la ciudad. 36 De ahí marcharon contra las ciudades de Caspín, Maqued y Bosor, y las conquistaron, así como las otras ciudades que había en la región de Galaad.

37 Timoteo reunió un nuevo ejército y acampó frente a Rafón, al otro lado del río. 38 Judas envió unos soldados al campamento de los enemigos, para que los espiaran. Al regresar, los espías le informaron que los enemigos que vivían en ese territorio se habían unido a Timoteo y habían formado un ejército muy grande. 39 También le informaron que habían contratado soldados árabes, y que todos estaban al otro lado del río, listos para la batalla. Entonces Judas preparó su ejército para ir a pelear contra estos enemigos.

40 Cuando Judas y sus soldados se acercaban al río, Timoteo dijo a los comandantes de su ejército: «Si Judas cruza el río y nos ataca, no podremos enfrentarnos contra él, pues nos derrotará. 41 Pero si le da miedo y se queda al otro lado, nosotros cruzaremos el río, lo atacaremos y lo venceremos».

42 Cuando llegaron al río, Judas ordenó a los oficiales de su ejército que no permitieran que los soldados descansaran a orillas del río, sino que los hicieran pasar al otro lado para pelear. 43 Así Judas y su ejército cruzaron el río antes que sus enemigos, y los derrotaron. Los enemigos dejaron tiradas las armas y huyeron. Cuando llegaron a Carnáin se escondieron en el templo, 44 pero los israelitas se apoderaron de la ciudad y quemaron el templo con todas las personas que estaban allí. Fue así como Judas y su ejército conquistaron Carnáin sin que nadie los detuviera.

El regreso a Jerusalén

45 Judas Macabeo reunió a todos los israelitas que vivían en la región de Galaad para llevarlos a Judea. Cada uno salió con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía. Ningún israelita se quedó en Galaad, de modo que fue muy grande el grupo que acompañó a Judas. 46 Para llegar a Judea tenían que pasar por Efrón, una ciudad grande y de altas murallas. El camino atravesaba la ciudad y no había forma de pasar por ningún otro lado. 47 Pero los de la ciudad no les permitieron pasar, sino que bloquearon las entradas con piedras.

48 Judas mandó entonces unos mensajeros, para que hablaran con ellos y les dijeran: «Sólo queremos pasar por su ciudad, para ir a nuestro país. No les haremos ningún daño». Pero los habitantes de Efrón les negaron el paso.

49 Entonces, Judas advirtió a los soldados que estuvieran listos y que no se movieran de su lugar. 50 Los soldados se prepararon para pelear, y atacaron la ciudad todo ese día y toda la noche hasta que lograron entrar en ella. 51 Allí mataron a todos los hombres, destruyeron la ciudad y se apoderaron de sus bienes. Luego atravesaron la ciudad, pasando por encima de los cadáveres.

52 Después cruzaron el río Jordán y llegaron a la gran llanura que está frente a la ciudad de Bet-seán. 53 Durante el viaje, Judas ayudó a los que querían quedarse en el camino debido al cansancio, y los animó a que siguieran caminando hasta llegar a Judea. 54 Al llegar, estaban todos muy felices, porque les había ido muy bien durante todo el viaje. Todos regresaron sanos y salvos. Entonces fueron a Jerusalén para darle gracias a Dios y presentarle ofrendas.

Fracasos y éxitos en la guerra

55-56 Mientras Judas y Jonatán estaban peleando en Galaad, Simón combatía en Galilea contra los de Tolemaida. En cambio, Azarías y José hijo de Zacarías se habían quedado en Judea con el resto del ejército. Cuando éstos se enteraron de las victorias de los Macabeos, 57 se dijeron: «¡También nosotros dos tenemos que ser tan famosos como ellos! ¡Salgamos a pelear contra nuestros vecinos, pues no creen en Dios!»

58 Entonces ordenaron a sus soldados que salieran a pelear contra los habitantes de Jabnia. 59 Pero el general Gorgias, que estaba encargado de defender la ciudad, salió con sus soldados y atacó al ejército de José y Azarías. 60 Fue así como los israelitas perdieron la batalla, y sus enemigos los persiguieron hasta llegar a Judea. Ese día murieron más de dos mil soldados israelitas. 61 Sufrieron una derrota muy grande por desobedecer a Judas y a sus hermanos. ¡Los derrotaron por creerse muy valientes! 62 Pero José y Azarías no pertenecían a la familia de los Macabeos, que fueron los que liberaron a Israel.

63-64 Las victorias de Judas y sus hermanos se hicieron muy famosas dentro y fuera de Israel, y mucha gente iba a felicitarlos.

65 Judas fue con sus hermanos a pelear contra los descendientes de Esaú, los cuales vivían en la región del sur. Se apoderó de Hebrón y de las ciudades cercanas, y destruyó y prendió fuego a las murallas y a las torres que había alrededor de ellas.

66 Después Judas fue a pelear contra los filisteos, pero para llegar al país de los filisteos tenía que pasar por la ciudad de Maresá. 67 Ese día murieron algunos sacerdotes filisteos, porque se creyeron muy valientes y salieron a pelear contra el ejército de Judas.

68 Al llegar al país de los filisteos, Judas se dirigió a la ciudad de Azoto. Allí destruyó los altares de los dioses falsos, quemó los ídolos y se llevó todas las riquezas de la ciudad. Después de esta campaña, Judas volvió a Judea.