Add parallel Print Page Options

Oración de David(A)

16 Luego el rey David se presentó ante el Señor y le dijo:

«Señor y Dios, ¿quién soy yo, y qué es mi familia, para que me hayas hecho llegar tan lejos? 17 Como si esto fuera poco, has hecho promesas a este tu siervo en cuanto al futuro de su dinastía. ¡Me has tratado como si fuera yo un hombre muy importante, Señor y Dios! 18 ¿Qué más podría yo decir del honor que me has dado, si tú conoces a tu siervo? 19 Señor, tú has hecho todas estas grandes maravillas, por amor a tu siervo y según tu voluntad, y las has dado a conocer. 20 Señor, nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios. 21 ¿Y qué nación se puede comparar con tu pueblo Israel? Es la única nación en la tierra que tú has redimido, para hacerla tu propio pueblo y para dar a conocer tu nombre. Hiciste prodigios y maravillas cuando al paso de tu pueblo, al cual redimiste de Egipto, expulsaste a las naciones y a sus dioses. 22 Adoptaste a Israel para que fuera tu pueblo para siempre, y para que tú, Señor, fueras su Dios.

23 »Y ahora, Señor, mantén para siempre la promesa que le has hecho a tu siervo y a su dinastía. Cumple tu palabra 24 para que tu nombre permanezca y sea exaltado por siempre, y para que todos digan: “¡El Señor Todopoderoso es el Dios de Israel!” Entonces la dinastía de tu siervo David quedará establecida en tu presencia.

25 »Tú, Dios mío, le has revelado a tu siervo el propósito de establecerle una dinastía, y por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta súplica. 26 Oh Señor, ¡tú eres Dios y has prometido este favor a tu siervo! 27 Te has dignado bendecir a la familia de tu siervo, de modo que bajo tu protección exista para siempre. Tú, Señor, la has bendecido, y por eso quedará bendita para siempre».

Read full chapter